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Qué es el coeficiente de adaptabilidad y por qué es importante

Adaptable como un camaleó Adaptable como un camaleón

Mientras escribo esto, estoy en Argentina en el día 100 de una cuarentena eterna vinculada a la pandemia del COVID-19. Nadie, absolutamente nadie, se imaginaba que el año 2020 iba a tener este desenlace. ¿Cómo hacemos para prepararnos para lo que no sabemos que existe y que puede suceder?

Durante mucho tiempo oimos hablar del IQ o coeficiente intelectual. Soliamos definir la capacidad de una persona e intentar predecir su éxito a partir de este indicador vinculado a aspectos cognitivos, intelectuales. Y le llamamos "inteligencia" a medir bien en este indicador.

Luego apareció el EQ o la "inteligencia emocional". Esta métrica venía a hacer frente a la idea de que sólo es importante en la vida poder razonar y de la mejor forma posible. El EQ nos recordó que el ser humano es por default un ser emocional y que es tan o más importante poder conectarnos y manejar nuestras emociones.

Ambos indicadores sin embargo no dan cuenta de una habilidad clave para el mundo de hoy: la adaptabilidad. Con la aceleración del desarrollo de la tecnología (de todo tipo), los tiempos de cambio hoy a veces parecen incluso imperceptibles. El dinamismo que experimentamos en nuestro día a día trajo a colación la necesidad de poder adaptarnos racional y emocionalmente lo mejor y más rápido posible a esos cambios.

Más aún, poder adaptarnos a circunstancias totalmente inconcebibles, como una pandemia, es un indicador de nuestra capacidad no solo de adquirir nueva información, sino de desaprender aquello que ya no nos sirve para la nueva realidad, superar el desafío y poder realmente incorporar los cambios.

El coeficiente de adaptabilidad, o AQ, es entonces el indicador esencial para esta nueva era. Este indicador habla de:

  • curiosidad
  • apertura y coraje a romper ideas y paradigmas e incorporar nuevas
  • la flexibilidad para desmontar información y reemplazarla por nueva que puede ser contraria
  • saber que debemos hacer introspección para conectar con el mundo de afuera y aceptar los tiempos propios y de las cosas, y
  • la anti-fragilidad (más que la resiliencia) para poder crecer a partir de lo que se rompe.

¿Por qué es tan importante?

Porque el cambio significa obsolescencia. Lo que no se adapta, perece en el camino. Con la tan mentada transformación digital y la llegada de tecnología que reemplaza a humanos, si no tenemos la capacidad de cambio y adaptación, quedaremos afuera de las oportunidades. O peor aún, del mercado laboral y con ello todo lo que implica.

Sin embargo, hacer las cosas por miedo no debe ser el motivo por el cuál las hacemos.

La adaptabilidad es divertida. Significa descubrirnos y descubrir el mundo, o nuevos mundos, continuamente.

Poder desarrollar nuestra adaptabilidad entonces no solo es una forma de blindarnos frente a los desafíos del futuro, sino una forma de disfrutar la vida. De observar nuestro mundo y disfrutarlo, aprovecharlo.

Espero te animes a descubrir el mundo y romper tus paradigmas. No dejes de compartirme qué vas experimentando, cómo te vas adaptando. Realmente me interesa conocer los procesos de transformación de la gente 😁

¡Nos leemos la próxima!

Pd: me podés encontrar en todos lados como @chonapuch; conectemos y armemos comunidad.