Juan Celestino Barberis

Por qué me cansé de seguir el mercado del hardware

Tal vez en lo que más tiempo invertí en mi vida es en leer e investigar sobre hardware. Desde chico me gustó desarmar y romper radios y otros equipos electrónicos para ver qué tenían adentro. Cumplí el sueño de poder armarme mi propia PC y una par más.

Ahora mi inclinación es otra. Desde que comencé a trabajar como desarrollador de software, creo que el hardware es mucho menos interesante. Me explico: los avances tecnológicos en el mundo del hardware se vuelven predecibles. Todos los años, nuevas piezas con más atributos, salen al mercado. Te comprás un procesador, a los meses sale una nueva versión que deja a la tuya cada vez más atrás. La cantidad de transitores en un chip aumenta, la litografía cada vez es menor, etc.

Los más interesante de los últimos años que puedo destacar: AMD Ryzen, y más recientemente la llegada de ARM a las laptops de Apple. Pero pasando de esto, todo siempre es más de lo mismo.

Siento que, al menos para el uso que yo le doy a la PC, comprar un Ryzen 7 me alcanza y me sobra para años, sin preocuparme (siempre y cuando no vea las reviews de los nuevos Ryzen y me tiente a comprar uno). La máquina que uso para trabajar (que me da la empresa) es una Thinkpad T430 con un Intel i5 de tercera generación, es decir, ¡un procesador de 2012! Y no me puedo quejar de su desempeño, funciona sin problemas.

El software en cambio, es más interesante ya que vive en una constante imperfección, donde todo es mejorable pero no es tan fácil. La complejidad de un pedazo de código puede tornarse exponencial, y la busqueda constante de una silver bullet lo hace más emocionante. Y si bien es agotador tener un framework/librería de JS todos los meses que promete ser la gran revolución, veo más campo para algo disruptor.