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Historias y Mitos UBA - Episodio 3 - El conflicto UBA-CUBA: ¿la batalla final?

Hace unos días reapareció en escena la disputa entre las dos instituciones. ¿El conflicto? Algunos de los terrenos más codiciados y mejor valuados de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy en Historias y Mitos de la UBA, te contamos lo que tenés que saber.

ELIGE TU OPONENTE

Para ponernos un poco en contexto, de un lado tenemos a nuestra ya conocida Universidad de Buenos Aires –no requiere presentación alguna-; del otro lado, el Club Universitario de Buenos Aires (comúnmente llamado CUBA) el cual, como bien lo define nuestro gran amigo Wikipedia, es un club social y deportivo exclusivamente amateur argentino, fundado el 11 de mayo de 1918. Posee más de veinte mil socios y nueve sedes en las que se practican distintos deportes.

ARENA DE BATALLA

Ni siquiera el MGM de la prestigiosa ciudad de Las Vegas albergó alguna vez una pelea de estas características, ya que es una disputa sin precedentes: el premio para el vencedor, es justamente, la arena. Es decir, imaginemos que Ali hubiese peleado con Bonavena y el ganador hubiese obtenido, como recompensa, el glorioso Madison Square Garden, ¿increíble no? Imagino que es un tanto obvio pero por las dudas cabe aclarar que la UBA y CUBA no pelearan en un ring, sino que estamos hablando de una pelea legal, siendo el objeto en disputa, uno de los terrenos más codiciados de la Ciudad de Buenos Aires: se trata de amplias porciones de tierra situadas en el barrio porteño de Núñez, a la vera del río, las cuales valen millones y millones de pesos por lo que un sinfín de constructoras y demás organizaciones darían lo que fuera por explotar inmobiliariamente dicho lugar.

EL CONFLICTO

Ahora bien, si hasta hace unos meses los socios de CUBA podían jugar tranquilamente al tenis, o amarrar sus barcos en el puerto de la sede, ¿por qué ahora el club está intimado a abandonar los terrenos? Veamos: la Universidad de Buenos Aires realiza una presentación ante la justicia solicitando, justamente, el inmediato desalojo de los terrenos aludiendo ser el titular de los mismos.

Por su parte, el club alega que gran parte de esas tierras pertenecen a la Ciudad y no a la universidad, sumado a que hace 60 años cuando se las entregaron, más de la mitad de los terrenos no existían, sino que se los fueron ganando al río gracias al dinero de sus socios. Ante este argumento, la UBA sostiene a través de su secretario general, Mario Genovesi, quien sostiene: “si las tierras fueran de la Ciudad, sería un problema entre la Ciudad y la UBA, los clubes no tienen ahí ningún derecho. (…) cuando transfirieron los terrenos a la UBA, ya estaba previsto que esos terrenos se rellenen y formaban parte de las 129 hectáreas que están en el catastro. (…) el uno por ciento de las tierras que ocupan son tierras que han rellenado, el resto ya estaba”.

Además, es preciso mencionar que en caso de que se compruebe la efectiva titularidad de la UBA sobre dichos terrenos, la misma podría licitar los mismos y así obtener fuertes sumas de dinero las cuales, según sostienen desde la facultad, se utilizarían para beneficio de la comunidad educativa: programas de intercambio, mejoras de infraestructura, etcétera.

¿EN QUÉ QUEDAMOS?

Bueno, la cosa sería más o menos así: La UBA le permite mantener la licitación de los terrenos a CUBA, con la “pequeñísima” condición de que abone un canon locativo equivalente a seis millones de pesos por mes… una ganga, ¿no?

Por supuesto que desde el club están escupiendo fuego por la boca y buscando una solución rápida y efectiva que no implique tener que, básicamente, vaciar las arcas de la institución.

Todo parece indicar, queridos amigos, que es un problema para nuestro notable Poder Judicial que, como siempre, sigue al pie de la letra el ya clásico lema del inoxidable Napoleón Bonaparte: “vísteme despacio que estoy apurado”. Eso sí, pónganse cómodos que viene para largo… la justicia argentina se viste demasiado despacio.

Hasta la próxima.